
En 2019 había cerrado la sucursal de Tapia de Cruz. Y ahora es el turno del local de Rivadavia, donde funcionó por 37 años.
Fin de una era. Cerró la Heladería Basso que desde 1987 funcionó en la calle Rivadavia, a metros de Spadaccini. “Hoy toca descansar y decir adiós a toda su vida”, mencionó su hija, quien también trabajó en el local, uno de los más reconocidos de la ciudad.
La otra sucursal, la de Tapia de Cruz a metros de las vías, había cerrado en 2019. Allí nació inicialmente el Cafetal, específicamente el 30 de septiembre de 1957. Por aquel entonces, era la calle Real de Escobar, un nuevo negocio que con el paso del tiempo sería popularmente conocido como, “…la heladería de “Cacho” Basso…”, según recuerda Alfredo Melidore.

Pasado un año, su socio Aldo Bartoli dejó el comercio y “Cacho” continuó con su prestigiosa heladería, donde fue agregando una variedad de gustos a los tradicionales. La elaboración de helados a gran escala le permitió tener también un reparto de sus productos en comercios de Escobar y de pueblos vecinos.

Durante más de cinco décadas, “Cacho” Basso continuó al frente de su reconocida heladería y luego sus hijos Gustavo y Sergio, continuaron en sendos locales, con el noble oficio heredado de su inolvidable padre.
Hoy cerró una etapa, triste para muchos, ante el nuevo cierre de un comercio querido por toda una comunidad en diversas generaciones.